Hoy se conmemora el Día internacional de la diversidad cultural para el diálogo y el desarrollo con el fin de visibilizar la importancia de las diferentes expresiones culturales a nivel internacional. Este día fue aprobado por la UNESCO en el año 2001 y declarado al año siguiente por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Se busca que a partir de la creación de distintas actividades donde participen miembros de diferentes grupos poblacionales se pueda concientizar sobre la inclusión y la eliminación de los estereotipos nacidos de las relaciones prejuiciosas que socialmente son practicadas para así poder coexistir de manera armoniosa.
Gran parte de los conflictos históricos que siguen vigentes tiene relación con los rasgos culturales, dentro de ellos, no únicamente se dimensiona los orígenes y los rasgos sociales atribuidos, sino las formas de pensar, conflictos intergeneracionales; preferencias sexuales; religiones, etc…
Baja California es un ejemplo claro de diversidad cultural, las ciudades fronterizas que lo componen, así como sus características naturales hacen de este estado un atractivo para visitantes de paso como para la migración nacional e internacional. El desarrollo desigual de las comunidades ha provocado directamente el rechazo a ciertos grupos, estas prácticas se reflejan con el aumento de los flujos migratorios.
Las cifras del último censo poblacional nos muestran la importancia de la visibilización, pues hay un impacto muy grande de cómo los miembros de la sociedad se relacionan entre sí, sobre todo con grupos señalados por estos censos como minorías. Por ejemplo, el 1.4 % de la población que habita en nuestro estado habla una lengua indígena, la mayoría de ellas son lenguas no nativas de B.C., sino, del Sur del país. Las desigualdades con los grupos étnicos nativos en nuestro país son históricos, por ello en las últimas décadas se ha trabajado con la creación de leyes que aseguren los derechos de las personas indígenas, sin embargo, no es suficiente cuando la cotidianidad está llena de prácticas discriminatorias que tienen influencias directas en la disminución de esta población.
Hablar de diversidad cultural requiere la exposición de desigualdades existentes; las oportunidades que unos tienen y otros, no; las posiciones de poder que se toman casi en automático cuando se pertenece a un grupo y, sobre todo, requiere del auto cuestionamiento: qué posición tengo y qué hago desde ella o para salirme de la misma.
Los acercamientos conceptuales ofrecen algunas posibilidades para la disminución, encaminada a la erradicación del trato basado en las diferencias. Es el caso de “interculturalidad” que se refiere al trato igualitario entre los distintos grupos y la posibilidad de la creación de nuevas expresiones (UNESCO, 2006) que, a su vez, concreten lazos de respeto y fraternidad. Estas relaciones diversas e interculturales suponen la coexistencia en un espacio específico, por eso es importante primero entender las relaciones históricas de los diferentes grupos con su entorno y entre ellos mismos; entender las características culturales y las sociales para evitar exponer fundamentalismos a través del lenguaje. Es decir, es necesario identificar y entender ampliamente los orígenes de las relaciones entre diferentes grupos poblacionales para crear estrategias concretas que abonen a la eliminación de las diferentes formas de discriminación, no únicamente en los centros educativos, sino en toda institución pública y privada, así como en todo espacio laboral.
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